A la noche del segundo día, después de filmar, me di una buena ducha y me fui para el centro de operaciones, donde cenamos, bajamos material, jugamos al ping pong. Necesitaba estar solo pero necesitaba estar acompañado. Eso suele ocurrirnos a los hijos únicos, si vas a tener un hijo, haz el esfuerzo de tener dos, y después haz que se quieran, y si no tienes ganas de nada de esto y sólo se trata de sexo, colócate un preservativo.
No es que no me alegre vivir y mucho más ahora que estamos concretando este proyecto, es que la contradicción quiero estar solo pero necesito estar acompañado o quiero estar acompañado pero necesito estar solo, me rompe las pelotas.
En fin, la historia empieza cuando después de ducharme y abrigarme contra el frescor costero, me siento con espíritu renovado, porque el día de rodaje en si no me había parecido la gran cosa. Cuando empezás con la parafernalia de los soportes para cámara en auto, con los cámara car que no tenemos y entonces improvisamos, con los handys que priii priii y nadie entiende nada, ya el cine se pone denso porque el artista que trata de concentrarse para concretar su obra no puede mantenerse a margen de la movida, de la imprescindible movida, por otra parte.
En una escena posterior a la caída del espejo retrovisor de la camioneta apareció el espejo repuesto en su lugar como por arte de magia. ¿Podremos borrarlo en edición? NO, entonces la toma irá de nuevo, otro día. ¿CONTINUISTA? A la costa no trajimos, son los gajes del cine independiente y nuestro bajo presupuesto. Juan Pablo Martínez, el Director de Producción, mi verdadero amigo y conocedor de estas aventuras (él en sus películas es Director de Producción, Asistente de Dirección y Director, ponele el orden que quieras) Juan Pablo, a quién nunca puedo dejar de querer y agradecer, se ofreció a hacerlo por estos días en la costa, y para mi es un alivio.
Ferrigno hace todo bien y da muy bien en cámara. No hay galanes de esa edad en nuestro medio así que tienen que convocarlo YA. A Malenita la llevé aparte: da en cámara como los dioses y es buena actriz cuando se lo propone, pero si estás de joda hasta un segundo antes de la toma, es complicado ponerse en estado. En teatro, cuando se estudia teatro, hay un tiempo para llegar, saludar, cachondear …depués viene el trabajo físico donde los vínculos reales con el mundo real y tus amigos desaparecen, y un buen rato después, tras cuarenta y cinco minutos de respirar a otro ritmo, de sentirte árbol, de ser liebre o mariposa, de sentirte bello u horrible, sos esa plastilina cuyo tope en el mundo de la actuación es John Penn. Por supuesto que Malenita tiene apenas 18 años y lo primero que hizo fue enojarse, conmigo o con ella misma, no lo sé, y eso un poco nos tiró la tarde para atrás, hasta que se le fue pasando. Por suerte Julia, su personaje, es una chica que, enojada con su padre, busca desesperadamente su reconocimiento. Siendo así, no está tan mal que no me quiera mucho de vez en cuando. Al final del día ya estábamos mejor, hay que tener cautela porque estamos recién en el segundo día.
A la que extraño es a Daniela Campos, y Malena también la extraña, no tanto para la dirección de actores en si, sino para estas relaciones que más a la corta que a la larga a mi se me complican. Además de eso, es una mujer que sabe ver los detalles, construir pequeños mundos con ellos. Pero bueno, Daniela Campos está en su casa y nosotros estamos acá haciendo la película.
Tanto plano y contraplano me rompe un poco las bolas, pero aún no encuentro la manera de resolver las escenas de auto, mucho peor si se trata de una camioneta sin doble cabina (una F100, está fantástica) . Siempre imagino que voy a romper con ciertos moldes en la puesta y al final de algunos días, como este, como en este momento, me siento un poco frustrado porque el plano y contra plano fue la mejor solución que saqué a la luz. ¡Hola!¡Límites de mi talento …aquí estooy !!
Hubo, así y todo, una buena escena de calle, Ernesto trotando y Julia en bicicleta.
Por eso, llegar a la casa donde estaban todos cenando; donde Juan Pablo me mostró el material que había terminado de bajar, donde jugamos un par de partidos de ping pong, me puso en sintonía para el día de mañana. Porque, no sé si saben, la vida tiende a continuar.
Así y todo, muchas veces siento con mucha claridad que el cine no es lo mío, que no voy a lograrlo, que no voy a arrancar ni una lágrima ni una sonrisa a ningún espectador ni voy a conseguir un buen encuadre simplemente porque nací para ser escritor o esa mentira me cuento. Escritor para estar solo rogando por estar acompañado, y acompañado, con la necesidad imperiosa de estar solo.
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