sábado, 22 de mayo de 2010

DIA 9 /// TRAPITOS AL SOL

Me costó un huevo y medio despertarme. Suena y suena el despertador y no puedo creerlo, ya pasó la noche. Todavía no pasó del todo porque el sol no asoma, pero pasó el momento de dormir. Me ilusiona la posibilidad de una ducha pero mi cuerpo no responde, se aplasta contra el colchón y demoro veinte minutos para generar el primer movimiento que no sea de insecto. Eso que aparece en el espejo del baño soy yo. Mi última oportunidad en la vida es hacer una buena película. Si no hago una buena película me voy a vivir al norte de brasil y se va todo a la reputa madre que lo parió. ¿Qué otra cosa se puede hacer con esa cara? Quisiera sentir un poco de orgullo pero no siento nada ¿Qué tiene de grande hacer una película que saldrá de cartel en dos semanas? La ducha fría es una buena oportunidad para quedar seco de un paro cardíaco, pero la vida continúa, todavía hay que salir de la bañera, levantar la pierna, secarse las bolas. Nadie jamás pudo nunca secarse bien las bolas, valga la redundancia, y menos con sueño. Permítanme descargar sobre esto que soy todo mi resentimiento matinal. Después subo y bajo las escaleras quince veces porque me olvido de todo lo más importante: la mochila, la billetera, el guión nuevo porque ayer perdí el otro, el sombrero, no, el sombrero lo dejé en la camioneta. Subo y bajo los dos pisos desde y hasta mi dormitorio. No sé si alguna vez les conté que con mi mujer dormimos en dormitorios separados. Es una buena medida para solucionar nada, pero tiene fuerza al contarlo: - Dormimos es dormitorios separados – Ah…. Me gusta contar cosas que cobren fuerza en el espectador, toda esta lata antes de subir a mi camioneta con los vidrios triturados por el puto granizo y pasar a buscar a los chicos que me esperan del equipo. Son tan jóvenes. Yo también fui joven pero fui joven al pedo, lo único que me quedó de esa etapa de juventud rabiosa fue un hijo que amo como se ama a los hijos, con toda la fuerza que la naturaleza puede dar a un hombre para amar a alguien. Si sos padre ya lo sabés y no lo sos ya vas a saberlo. Negarse a la alegría de ser padre es una pelotudez que no tiene perdón. Bah, quién seré yo para no perdonar a nadie. ¿pueden creer que a esta altura ya estemos en Panamericana y 202?
Después vino el almuerzo, mis mejores amigos se enojaron y no sin razón por lo que puse en el blog y por lo que después contensté sobre lo que había puesto en el blog. LOS AMIGOS SE VEN EN LA BUENAS. Sólo hay tres manera de conocer a las personas: dándoles poder, prestándoles plata o teniendo lo que ellos creen que es el éxito, que para mi por supuesto no lo es porque el único éxito posible es hacerle el amor a Scarlett Johansson y que encima te agradezca. Gracias, y un beso en la mejilla. Hace tanto que no tengo una alegría que unos cuantos planos bien tirados a la mañana me hicieron tocar el cielo con las manos. La escena de la sacada de corpiño de Julia salió perfecta o imagino que saldrá perfecta cuando la tengamos en montaje. Quieren que les diga: por la mañana se destapó Valeria Lorca y la risa desaforada de un personaje tan difícil como el de Betina surgió perfecta y clara como agua de manantial. Ximena seguía con sus idas y vueltas y es tan pero tan rubia que me encanta, pero a la tarde rompió el molde y se entregó en cuero y alma y una escena difícil con tantos personajes en campo se fue armando a la perfección a partir de su cuerpo de rubia perfecta. Pero no es el cuerpo porque en definitiva no pasa de tener algo de aquello y algo de lo otro muy buen puesto o puesto en armonia. Es que de verdad Nina creyó en el director y se entregó y entonces cobró la dimensión que tenía que cobrar, con un Aguirre inspirado arrojándole hojas doradas en la cabeza desde arriba de la escalera. Esta vez sí fue escribir en escena, crear en el plató, no sé si va a quedar una maravilla o una porquería, pero ya estoy jugado, y de verdad mi mayor alegría es sentirme libre, tan libre como antes cuando escribía y las palabras surgían quién sabía desde donde.
Entonces con Gallo y con Marcelo y con el Colo empezamos a encontrar aquellos planos que estábamos buscando, aquellos encuadres que no fueran tan convencionales, mientras los actores eran los personajes que tenían que ser y todo fluía y se nos facilitaba.
Jamás ensayé escenas con ningún actor antes del rodaje, lo único que importa es que el actor tenga incorporado el personaje y lo demás viene solo. Por eso es preferible empezar a filmar por las últimas escenas, porque si hay alguna pequeña falla tenemos todo el rodaje por delante para hacer que el personaje sea creíble y querible. En esta película, si no tenemos personajes queribles no tenemos nada.
Un párrafo para Paula Kohan, que es tan buena actriz que me dio una pertura de escena acomodándose una teta como sólo una buena actriz puede darlo. Porque un diálogo difícil, una interpretación imposible, con paciencia y con saliva la saca cualquier actor, pero si te piden una acomodada de tetas y das la acomodada de teas que sólo ese personaje que estás componiendo puede llevar a cabo, has comprendido a fondo la esencia del cine, del arte y de la actuación.
Una de las características de este equipo es la abundancia y la discreción. Marga por ejemplo, la Directora de Arte, se mueve por el set y el plató y pasa del todo desapercibida, a no ser por el maravilloso resultado de su trabajo. Eso sí, cuando le pedís una opinión que no tiene que ver con lo suyo tiene una habilidad que admiro y envidio, saca la pelota al corner al mejor estilo del más perfecto marcador de punta. Yo la aplaudo, la aplaudo de pie.
Acá al único que no hay que aplaudir es a mi, que cuando llego a casa me encuentro con un mail que me dice que cometo errores en la contratación de la prensa de la película, la puta madre, error tras error y de esta manera no voy a conseguir mi novia rubia futura tercera esposa ni voy a poder acomodar mi vida junto a esas mujeres que modifican el universo a su alrededor. Seguramente soy injusto con alguien o con todo el mundo pero algo apremiante me aprieta el cuello a punto de asfixia cuando abro la compuerta superior y la pila de errores en forma de catarata metálica me destroza el cráneo hasta perforar el cerebro. Será por eso que después le damos tanto a los contrapicados, porque es el tipo de encuadre que más revela mi deleznable estado de ánimo.
Pero soy feliz, tengo la capacidad de dar la vuelta de página y saber que hice todo un recorrido para llegar hasta este punto, donde se tiene la prerrogativa de decir –Corten! No sirve, va de vuelta.
Todo esto empezó hace más de 30 años, una mañana me desperté y pregunté ¿Quién soy?¿Dónde estoy? Y me pusieron al habla con una chica que del otro lado de la línea aseguraba ser mi novia. Yo había salido corriendo por los pasillos del psiquiátrico perseguido por los enfermeros. ¿Quién soy?¿Dónde estoy? Y la chica del otro lado de la línea hacía lo imposible por tranquilizarme. Yo lloraba. No se si alguno de ustedes sabe lo que es llorar sin saber quién se es o qué se es. Tenía puesto un pijama anaranjado que ninguna directora de arte aprobaría y apestaba a psicofármacos. – Te internaron – decía la voz del primer amor de mi vida del otro lado de la línea, la mujer que veintipocos años después moriría en un penoso accidente de autos. – Te internaron pero vas a estar bien .- Ahí nace un artista, ahí surge la desesperación por contar algo, lo que te pasó o lo que no te pasó pero necesitás que alguien siga tu relato. Ese relato es una unidad que no es más que parte de una misma locura, es lo que desesperadamente traté de explicar cuando creyeron que me estaba desnudando. Pero cuál es el problema con desnudarse. Todos deberíamos andar desnudos por la calle por eso hoy fue maravilloso el plano de la cola de Nina, porque tiene una cola que da gusto mostrar. Hay que desnudarse, hay que largarlo todo afuera como la primavera, para que adentro nazcan cosas nuevas. ¿qué sé yo qué película voy a hacer? Tal como dijo Oscar Ferrigno a su amigo ¿qué sé yo como le va a ir a esta película. Estamos disfrutando, loco, estamos disfrutando. Cuando vayamos a montar o el público termine de ver los rodantes tal vez querramos cortarnos las venas con un corcho. Pero en este momento nos sentimos felices. Tenemos en el set gente con capacidad de modificar el universo, el puto universo que nadie sabe dónde comienza ni donde termina pero sin embargo hay gente que lo modifica en profundidad, en su escencia.
Y ahí estamos, con Ana M sentados junto al monitor, ella dándome cierto tipo de seguridades que, no sé porqué, la semana pasada no tenía. Malena fumando feliz, Valeria hermosa, con papel de Betina, casi imposible, Ferrigno absolutamente entregado, Levy siendo Pedro desde el primer momento que pisó el set. Brigante haciendo cumplir su plan de relojería. Alicia mejorando todo con su sola presencia y Juan frenando a Trigo para que no me mate, porque siempre quiere matarme aunque supongo que me quiere. Y mi hijo Ariel sacando fotos de todo lo que aparece y desaparece. Fue su mamá, el primer amor de mi vida, la mujer que murió en un estúpido accidente de autos y que un día, con todo su amor, peleó por restituir la identidad que mi familia se propuso negarme: ¿quién soy?¿dónde estoy? – Soy yo mi amor ….y sos vos …solamente te internaron, pero mañana voy a vIsitarte.
Por eso cuento, por eso narro, por eso ponemos faroles y hay libros en mis bibliotecas, porque hay que contar contar y contar, porque antes del final hay que logar el relato que lo diga todo, o no seremos nada.
Y por último fuimos al sector de hojas doradas de otoño y buscamos algunas tomas poéticas por si hacen falta separadores. Llevamos un soplador de hojas y la lente de 200 mm, pero no sé si sacamos nada en limpio.

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